Hace algún tiempo, cuando participaba del taller literario en el que encontré mi costado escriturario, aprendí a buscar las palabras y a sentirme en estado de poesía permanente.
Advertí entonces que en todos los rincones hay poesía y que solo debo mirar.
Como dice el maestro Raúl González Tuñón en:
Un juguete roto en un basural
Un poema está en el sueño. También fuera del sueño.
A veces está allí donde el poeta mira.
Y nada más poético que ese juguete roto
-extraña flor brotada a la intemperie-
Que junto a los residuos de los inquilinatos
Grises y fraternales
Y la hierba menuda del baldío
Recatado en el bosque de cemento
Piensa cuando jugaba con él un dulce niño que después fue soldado.
Nunca vuelven
Y un poema está allí, donde no está el poeta.
Hace algún tiempo he dejado de escribir y se me ha perdido, en parte, esa forma de mirar.
Mi angustia crece tal vez porque siento que mis palabras no bastan y que nada cambia, muy por el contrario, todo es peor a cada instante.
Cada vez hay más basurales y más niños y niñas, en él, buscan la mugre que este mundo tiene para darles como única opción de vida.
De qué servirá mi palabra si es golpe contra la nada, de qué sirve la angustia si todo sigue hacia adelante, hacia el abismo de la muerte sin razón.
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viernes, junio 09, 2006
Publicadas por Gal a la/s 9:56 a. m. 1 comentarios
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